viernes, 19 de octubre de 2012

LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA INMUNE

Según los ancestros de diferentes partes de nuestro mundo, nuestro cuerpo es sintiente y pensante. Por ejemplo, en el caso de los ancestros de las tribus australianas, cuando una persona se hiere o enferma, la tribu se reúne a su alrededor junto con el enfermo y le canta pidiéndole perdón a la herida o parte afectada, se dan curaciones milagrosas.
 Lo mismo ocurre en las asombrosas curaciones de los kahunas o médicos magos hawaianos, estos entran en oración directa con la parte afectada pidiéndole perdón …en un acto de oración donde se involucran ellos, el paciente y todas las vidas durante las cuales ellos se han encontrado e involucrado con esa persona…. se dan curaciones consideradas milagrosas.
 En el conocimiento ancestral Inka, todo es reciprocidad. Uno enferma cuando se llena de energía pesada o “hucha”, por tener actitudes egoístas y no dejar fluir el “sami” o energía ligera. Por ello, en las curaciones se pide a la parte del cuerpo que se armonice con la pachamama y permita que el bloqueo de se equilibre muchos se sanan.
 En el caso de los Lakotas, en el norte, al cuerpo se le habla para informarle que una medicina va a curarlo, y a la medicina también. Muchos lo logran.
 Como vemos, tomando algunos casos de medicina ancestral, llegamos a una interesante conclusión: Los ancestros aceptaban  partes de nuestro cuerpo como   inteligentes y autónomos del cerebro… eso, durante los últimos siglos, se tomó como  superchería o superstición… pero veamos ahora los descubrimientos más recientes de la ciencia…
 La sabiduría del cuerpo es un buen punto de acceso a las dimensiones ocultas de la vida: es totalmente invisible, pero innegable. Los investigadores médicos empezaron a aceptar este hecho a mediados de los años ochenta.
 Anteriormente se consideraba que la capacidad de la inteligencia era exclusiva del cerebro, pero entonces se descubrieron indicios de inteligencia en el sistema inmune y luego en el digestivo.
 LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA INMUNE
La Dra. Bert descubrió (y luego lo confirmaron otros científicos), que existen tipos receptores inteligentes no sólo en las células cerebrales, sino en todas las células de todas partes del cuerpo (les llamaron en un principio neuropéptidos).
Cuando comenzaron a observar las células del sistema inmunológico, por ejemplo, las que protegen contra el cáncer, las infecciones, etc., encontraron receptores de los mismos tipos que en el cerebro. En otras palabras, tus células inmunológicas, las que te protegen del cáncer y de las infecciones, están literalmente vigilando cada pensamiento tuyo, cada emoción, cada concepto que emites, cada deseo que tienes. Cada pequeña célula T y B del sistema inmunológico, produce las mismas sustancias químicas que produce el cerebro cuando piensa. Esto lo hace todo muy interesante, porque ahora podemos decir que las células inmunológicas son pensantes, sienten, se emocionan y desean, se alegran, se entristecen, etc. Y ello es  causa de enfermedades, cuando nos deprimimos entran en huelga y dejan pasar virus que se instalan  y nos enferman.
 LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA DIGESTIVO
Hace diez años parecía absurdo hablar de inteligencia en los intestinos. Se sabía que el revestimiento del tracto digestivo posee miles de terminaciones nerviosas, pero se les consideraba simples extensiones del sistema nervioso, un medio para mantener la tarea de extraer sustancias nutritivas del alimento. Hoy sabemos que, después de todo, los intestinos no son tan insulsos. Estas células nerviosas que se extienden por el tracto digestivo forman un fino sistema que reacciona a sucesos externos: un comentario perturbador, un peligro, la muerte de un familiar. Las reacciones del estómago son tan confiables como los pensamientos del cerebro e igualmente complicadas.
LA INTELIGENCIA DEL HÍGADO
Las células de colon, hígado y estómago también piensan, sólo que no con el lenguaje verbal del cerebro. Lo que llamamos “reacción visceral” es apenas un indicio de la compleja inteligencia de estos miles de millones de células.
En una revolución médica radical, los científicos han accedido a una dimensión oculta que nadie sospechaba: las células nos han superado en inteligencia durante millones de años.
LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
Muchos creen que la conciencia se origina únicamente en el cerebro. Recientes investigaciones científicas sugieren, de hecho, que la conciencia emerge del cerebro y del cuerpo actuando juntos. Una creciente evidencia sugiere que el corazón juega un papel particularmente significante en este proceso.
Mucho más que una simple bomba, como alguna vez se creyó, el corazón es reconocido actualmente por los científicos como un sistema altamente complejo, con su propio y funcional “cerebro”. O sea, el corazón tiene un cerebro o inteligencia. Según nuevas investigaciones en el campo de la Neurocardiología, el corazón es un órgano sensorial y un sofisticado centro para recibir y procesar información.
El sistema nervioso dentro del corazón (o el “cerebro del corazón”) lo habilita para aprender, recordar, y para realizar decisiones funcionales independientemente de la corteza cerebral. Aparte de la extensa red de comunicación nerviosa que conecta al corazón con el cerebro y con el resto de cuerpo, el corazón transmite información al cerebro y al cuerpo interactuando a través de un campo eléctrico.
El corazón genera el más poderoso y más extenso campo eléctrico del cuerpo. Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces más grande en amplitud, y penetra a cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser detectado a varios pies de distancia del cuerpo con magnetómetros sensibles.
RECOMENDACIONES:
Las investigaciones del Instituto HeartMath sugieren que “Respirar con Actitud” es una herramienta que  ayuda a sincronizar nuestro corazón, mente y cuerpo para darle una coherencia psicofisiológica más poderosa. Al usar esta técnica regularmente -pruebe 5 veces al día- usted desarrollará la habilidad para realizar un cambio de actitud durable.  “Respirando con Actitud”, usted se enfoca en su corazón y en el plexo solar mientras respira con una actitud positiva. El corazón automáticamente armonizará la energía entre el corazón, mente y cuerpo, incrementando la conciencia y la claridad.
La Técnica de Respirar con Actitud
1. Enfóquese en su corazón mientras inhala. Mientras exhala enfóquese en el plexo solar. El plexo solar se encuentra unas 4 pulgadas debajo del corazón, justo debajo del esternón donde los lados derecho e izquierdo de lacaja toráxica se juntan.
2. Practique inhalar a través del corazón y exhalar a través de la caja toráxica durante 30 segundos o más para ayudar a anclar su atención y su energía ahí. Después, escoja alguna actitud o pensamiento positivo para inhalar o exhalar durante esos 30 segundos o más. Por ejemplo, usted puede inhalar una actitud de aprecio y exhalar una de atención.
3. Seleccione actitudes para respirar que le ayuden a compensar las emociones negativas y de desequilibrio de las situaciones por las que usted esta atravesando. Respire profundamente con la intención de dirigirse hacia el sentimiento de esa actitud. Por ejemplo, usted puede inhalar una actitud de balance y exhalar una actitud de misericordia, o puede exhalar una actitud de amor y exhalar una actitud de compasión.
Practique diferentes combinaciones de actitudes que usted quiera desarrollar. *Puede decir en voz alta; Respiro Tranquilidad, Respiro Gratitud o cualquier actitud o sentimiento que usted quiere o necesite.* Incluso si usted no siente el cambio de actitud al principio, haciendo un esfuerzo genuino para cambiar, al menos le ayudará a alcanzar un estado neutral. En el cual, usted tendrá más objetividad y ahorrará energía.

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